| Elemento | |
|---|---|
28NiNíquel58.693422
8 16 2 |
|
| Propiedades básicas | |
|---|---|
| Número atómico | 28 |
| Peso atómico | 58.69342 amu |
| Familia de elementos | Los metales de transición |
| Período | 4 |
| Grupo | 2 |
| Bloquear | s-block |
| año de descubrimiento | 1751 |
| Distribución de isótopos |
|---|
58Ni 68.27% 60Ni 26.10% 61Ni 1.13% 62Ni 3.59% 64Ni 0.91% |
58Ni (68.27%) 60Ni (26.10%) 61Ni (1.13%) 62Ni (3.59%) 64Ni (0.91%) |
| Propiedades físicas | |
|---|---|
| Densidad | 8.912 g/cm3 (STP) |
H (H) 8.988E-5 Meitnerio (Mt) 28 | |
| Fusión | 1453 °C |
Helio (He) -272.2 Carbón (C) 3675 | |
| Ebullición | 2732 °C |
Helio (He) -268.9 Tungsteno (W) 5927 | |
| Propiedades químicas | |
|---|---|
| Estados de oxidación (menos común) | +2 (-2, -1, 0, +1, +3, +4) |
| Potencial de primera ionización | 7.639 eV |
Cesio (Cs) 3.894 Helio (He) 24.587 | |
| Afinidad electrónica | 1.157 eV |
Nobelio (No) -2.33 Cl (Cl) 3.612725 | |
| Electronegatividad | 1.91 |
Cesio (Cs) 0.79 F (F) 3.98 | |
| radio atómico | |
|---|---|
| Radio covalente | 1.1 Å |
H (H) 0.32 Francio (Fr) 2.6 | |
| Van der Waals radio | 1.63 Å |
H (H) 1.2 Francio (Fr) 3.48 | |
| Radio metálico | 1.24 Å |
Berilio (Be) 1.12 Cesio (Cs) 2.65 | |
| Compuestos | ||
|---|---|---|
| Fórmula | Nombre | Estado de oxidación |
| NiCl2 | Cloruro de níquel (II) | +2 |
| Ni(NO3)2 | Nitrato de níquel (II) | +2 |
| NiO | Óxido de níquel (II) | +2 |
| Ni(OH)2 | Hidróxido de níquel (II) | +2 |
| NiCO3 | Carbonato de níquel (II) | +2 |
| NiS | Sulfuro de níquel (II) | +2 |
| Ni(CN)2 | Cianuro de níquel (II) | +2 |
| C24H46NiO4 | Laurato de níquel (II) | +2 |
| C36H70NiO4 | Estearato de níquel (II) | +2 |
| Ni2O3 | Óxido de níquel (III) | +3 |
| NiF3 | Fluoruro de níquel (III) | +3 |
| K2NiF6 | Hexafluoroniquelato de potasio (IV) | +4 |
| Propiedades electrónicas | |
|---|---|
| Electrones por capa | 2, 8, 16, 2 |
| Configuración electrónica | [Ar] 3d8 |
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Modelo atómico de Bohr
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Diagrama de caja orbital
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| electrones de valencia | 10 |
| Estructura de puntos de Lewis |
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| Visualización orbital | |
|---|---|
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| Electrones | - |
Níquel (Ni): Elemento de la tabla periódica
Resumen
El níquel (Ni), con número atómico 28, representa un metal de transición ferromagnético caracterizado por su excepcional resistencia a la corrosión y sus diversas aplicaciones industriales. Ubicado en el Grupo 10 de la tabla periódica, el níquel presenta una configuración electrónica disputada, con investigaciones recientes apoyando [Ar] 3d⁹ 4s¹ en lugar de la asignación tradicional de libros de texto [Ar] 3d⁸ 4s². El elemento demuestra una versatilidad notable en estados de oxidación que van desde -2 hasta +4, aunque el estado +2 predomina en compuestos químicos. Su peso atómico de 58.6934 ± 0.0004 u y cinco isótopos estables contribuyen a su papel significativo en geoquímica terrestre y extraterrestre. Las aplicaciones industriales incluyen producción de acero inoxidable, aleaciones magnéticas, catálisis y galvanoplastia, mientras que sus funciones biológicas comprenden roles esenciales en enzimas ureasa y complejos hidrogenasa en múltiples reinos de la vida.
Introducción
El níquel ocupa una posición distintiva dentro de la serie de metales de transición del primer período, exhibiendo propiedades ferromagnéticas junto con el hierro, el cobalto y el gadolinio. Su importancia trasciende aplicaciones terrestres, ya que las aleaciones hierro-níquel constituyen porciones significativas de materiales meteoríticos y núcleos planetarios en todo el sistema solar. Fue aislado por primera vez por Axel Fredrik Cronstedt en 1751 a partir de mineral kupfernickel, del cual deriva su nombre proveniente del alemán "Kupfernickel", que literalmente significa "diablo del cobre", reflejando la frustración de los mineros antiguos ante minerales que parecían contener cobre pero producían un metal desconocido. La controversia sobre la estructura electrónica del níquel continúa influyendo en predicciones teóricas e interpretaciones espectroscópicas, con evidencia creciente favoreciendo la configuración d⁹s¹ sobre la convencional d⁸s².
Propiedades físicas y estructura atómica
Parámetros atómicos fundamentales
La estructura atómica del níquel incluye 28 electrones organizados alrededor de un núcleo con 28 protones y típicamente 30 neutrones en el isótopo más abundante ⁵⁸Ni. El debate sobre la configuración electrónica se centra en si el estado fundamental corresponde a [Ar] 3d⁸ 4s² o [Ar] 3d⁹ 4s¹, con evidencia espectroscópica cada vez más favorable a este último. Esta configuración afecta cálculos de energías de ionización, siendo la primera energía de ionización de 737.1 kJ mol⁻¹, reflejando la carga nuclear relativamente alta y efectos de blindaje electrónico. El radio atómico del níquel mide aproximadamente 124 pm, mientras que el radio iónico para Ni²⁺ en ambientes hexacoordinados alcanza 69 pm. Los cálculos de carga nuclear efectiva indican un blindaje significativo por electrones 3d, influyendo en patrones de reactividad química y propiedades magnéticas a través de interacciones de electrones no apareados.
Características físicas macroscópicas
El níquel muestra una apariencia brillante y plateada con un matiz dorado sutil bajo iluminación ambiente. El metal cristaliza en una estructura cúbica centrada en las caras (fcc) con parámetro de red a = 3.5238 Å a temperatura ambiente. Esta disposición compacta contribuye a sus propiedades mecánicas, incluyendo alta ductilidad y maleabilidad que facilitan procesos industriales de conformado. El ferromagnetismo se manifiesta por debajo de la temperatura de Curie de 627 K (354°C), con magnetización de saturación de 0.616 T a temperatura ambiente. El enlace metálico muestra características típicas de metales de transición, con electrones d deslocalizados contribuyendo a una conductividad eléctrica de aproximadamente 14.3 × 10⁶ S m⁻¹. La conductividad térmica mide 90.9 W m⁻¹ K⁻¹, reflejando transporte eficiente de fonones a través de la red cristalina.
Propiedades químicas y reactividad
Estructura electrónica y comportamiento de enlace
El comportamiento químico del níquel surge de su subcapa 3d parcialmente llena, lo que permite estados de oxidación variables y una extensa química de coordinación. La configuración d⁹ (si se acepta como estado fundamental) crea un electrón no apareado, explicando el comportamiento paramagnético en ciertos compuestos a pesar del ferromagnetismo en el metal. Los estados de oxidación +2, +3 y +4 son los más frecuentes, con Ni²⁺ mostrando estabilidad excepcional en solución acuosa y complejos de coordinación. La configuración d⁸ en complejos Ni²⁺ adopta frecuentemente geometría plana cuadrada debido a efectos de estabilización del campo cristalino, especialmente evidente en complejos con ligandos de campo fuerte como el cianuro o fosfinas. En compuestos organometálicos aparecen características de enlace covalente, donde el níquel demuestra capacidades σ-donantes y π-aceptoras mediante participación de orbitales d.
Propiedades electroquímicas y termodinámicas
Los valores de electronegatividad del níquel varían según la escala utilizada, siendo 1.91 en la escala de Pauling y 1.75 en la de Allred-Rochow. Estos valores intermedios reflejan su posición entre elementos electropositivos fuertes y no metales electronegativos, permitiendo formar compuestos iónicos y covalentes. El potencial electrodo estándar para el par Ni²⁺/Ni mide -0.257 V frente al electrodo estándar de hidrógeno, indicando estabilidad termodinámica del metal bajo condiciones ácidas. Las energías de ionización sucesivas muestran la tendencia esperada: primera (737.1 kJ mol⁻¹), segunda (1753 kJ mol⁻¹) y tercera (3395 kJ mol⁻¹), con un aumento significativo entre segunda y tercera que confirma el estado de oxidación +2 preferido. Los datos termodinámicos de compuestos de níquel revelan entalpías de formación generalmente negativas para óxidos y sulfuros, indicando formación espontánea bajo condiciones adecuadas.
Compuestos químicos y formación de complejos
Compuestos binarios y ternarios
El níquel forma una extensa variedad de compuestos binarios con prácticamente todos los elementos del grupo principal. NiO representa el óxido más significativo, cristalizando en la estructura de sal gema con cationes Ni²⁺ ocupando sitios octaédricos. Este compuesto exhibe ordenamiento antiferromagnético por debajo de 523 K y demuestra propiedades semiconductoras con una brecha de banda de aproximadamente 3.6-4.0 eV. El sulfuro NiS existe en múltiples polimorfos, incluyendo la forma hexagonal millerita y la estructura cúbica heazlewoodita, ambas importantes en contextos geológicos. Los compuestos halogenados como NiCl₂, NiBr₂ y NiI₂ cristalizan en estructuras estratificadas y forman fácilmente complejos hidratados mediante coordinación con moléculas de agua. Los compuestos ternarios incluyen aleaciones de Heusler tecnológicamente importantes como Ni₂MnGa, que exhibe comportamiento de memoria de forma y efectos magnetocalóricos.
Química de coordinación y compuestos organometálicos
El níquel demuestra una versatilidad notable en química de coordinación, formando complejos con números de coordinación entre 2 y 6. El ion Ni²⁺ adopta preferentemente geometría plana cuadrada en complejos tetra-coordinados con ligandos de campo fuerte, como ejemplifica [Ni(CN)₄]²⁻, que muestra comportamiento diamagnético debido al apareamiento completo de orbitales d. Complejos octaédricos como [Ni(H₂O)₆]²⁺ exhiben propiedades paramagnéticas con dos electrones no apareados y coloración verde característica originada por transiciones electrónicas d-d. La química organometálica comprende numerosos compuestos importantes, incluyendo el niqueloceno Ni(C₅H₅)₂ y el complejo bis(ciclooctadieno)níquel(0) industrialmente relevante Ni(COD)₂. Las aplicaciones catalíticas explotan la capacidad de los centros de níquel para activar moléculas pequeñas como monóxido de carbono, hidrógeno y alquenos a través de rutas de adición oxidativa y eliminación reductiva.
Ocurrencia natural y análisis isotópico
Distribución geoquímica y abundancia
La abundancia crustal del níquel promedia aproximadamente 84 ppm, convirtiéndolo en el 22º elemento más abundante en la corteza terrestre. Sin embargo, esta distribución es altamente heterogénea, con concentraciones significativas en rocas ultramáficas como peridotitas y dunitas. La Cuenca de Sudbury en Ontario, Canadá, representa uno de los depósitos de níquel más importantes del mundo, formado por impacto meteorítico hace aproximadamente 1.85 mil millones de años. Esta estructura de impacto creó condiciones favorables para la separación y concentración de fundidos sulfídicos conteniendo níquel. Otros depósitos principales ocurren en el Cratón de Yilgarn en Australia Occidental, minerales lateríticos en Nueva Caledonia y la región de Norilsk en Rusia. El comportamiento geoquímico durante procesos de meteorización conduce al enriquecimiento de níquel en suelos lateríticos bajo condiciones tropicales, creando depósitos económicos de garnierita y otros minerales arcillosos conteniendo níquel.
Propiedades nucleares y composición isotópica
El níquel natural consiste en cinco isótopos estables: ⁵⁸Ni (68.077%), ⁶⁰Ni (26.233%), ⁶¹Ni (1.140%), ⁶²Ni (3.635%) y ⁶⁴Ni (0.926%). Estas abundancias isotópicas proporcionan huellas digitales únicas para rastrear procesos geoquímicos y clasificar meteoritos. El isótopo más abundante ⁵⁸Ni posee spin nuclear I = 0, mientras que ⁶¹Ni exhibe I = 3/2 y sirve como sonda importante en estudios de resonancia magnética nuclear. Los isótopos radiogénicos incluyen ⁵⁹Ni con semiperíodo de 76,000 años, producido por activación neutrónica en reactores nucleares y contribuyendo a consideraciones de residuos radiactivos a largo plazo. El isótopo ⁶³Ni, con semiperíodo de 100.1 años, encuentra aplicaciones en datación radiométrica y estudios de trazadores. Las secciones eficaces nucleares varían significativamente entre isótopos, con ⁵⁸Ni mostrando absorción neutrónica relativamente baja comparado con ⁶⁰Ni y ⁶²Ni, afectando cálculos de diseño de reactores y evolución isotópica durante irradiación neutrónica.
Producción industrial y aplicaciones tecnológicas
Métodos de extracción y purificación
La producción primaria de níquel involucra procesamiento pirometalúrgico de minerales sulfídicos, típicamente conteniendo pentlandita (Ni,Fe)₉S₈ como mineral principal. El proceso comienza con conminución y flotación para concentrar minerales sulfídicos, seguido de tostación para convertir sulfuros en óxidos y eliminar azufre como SO₂. La fusión subsiguiente en hornos de arco eléctrico produce un mata níquel-hierro conteniendo 20-50% de níquel e hierro combinados. Las operaciones de conversión usando aire enriquecido en oxígeno oxidan preferentemente el hierro, concentrando níquel en la fase mata. La purificación final emplea el proceso Mond, donde el monóxido de carbono reacciona con níquel metálico a 50-80°C formando el volátil Ni(CO)₄, que se descompone a 180-200°C para depositar metal níquel puro. Rutas hidrometalúrgicas alternativas tratan minerales lateríticos mediante lixiviación ácida a alta presión seguida de reducción con hidrógeno, logrando purezas de níquel superiores al 99.9%.
Aplicaciones tecnológicas y perspectivas futuras
La producción de acero inoxidable consume aproximadamente el 65% de la producción mundial de níquel, donde adiciones de níquel (8-20%) mejoran la resistencia a la corrosión y propiedades mecánicas mediante estabilización de la fase austenítica. Aplicaciones en superaleaciones para motores a reacción y turbinas de gas industrial explotan la resistencia a altas temperaturas y resistencia a la oxidación del níquel, con composiciones como Inconel 718 conteniendo 50-55% de níquel. La tecnología de baterías utiliza cada vez más níquel en celdas de litio-ion, particularmente en cátodos NMC (níquel-manganeso-cobalto) donde un alto contenido de níquel mejora la densidad energética. Aplicaciones catalíticas abarcan reacciones de hidrogenación en síntesis química, procesos de reformación en refinería de petróleo y electrodos de celdas de combustible para oxidación de hidrógeno. Operaciones de galvanizado depositan recubrimientos decorativos y funcionales de níquel, mientras técnicas de metalurgia de polvos producen componentes especializados a partir de polvos base níquel. Aplicaciones emergentes incluyen aleaciones con memoria magnética para sistemas de actuación y aleaciones de alta entropía donde el níquel contribuye a estabilidad de fase y rendimiento mecánico.
Desarrollo histórico y descubrimiento
Evidencia arqueológica indica utilización humana de aleaciones níquel-hierro meteoríticas datadas en 3500 a.C., con artefactos de civilizaciones antiguas demostrando técnicas metalúrgicas sofisticadas aplicadas a materiales extraterrestres. Sin embargo, el níquel terrestre permaneció sin reconocer hasta 1751, cuando el mineralogista sueco Axel Fredrik Cronstedt investigó un mineral de color cobrizo en Helsingland, Suecia. Este mineral, inicialmente desestimado por mineros como "kupfernickel" o "cobre del diablo" por su apariencia engañosa, produjo un metal plateado desconocido tras tratamiento químico con carbón y calor. El análisis sistemático de Cronstedt distinguió el nuevo elemento de metales conocidos, conduciendo a su designación formal como "níquel" en honor al mineral problemático. El siglo XIX presenció avances rápidos en metalurgia del níquel, especialmente tras el descubrimiento de depósitos importantes en Nueva Caledonia (1865) y Sudbury, Canadá (1883). Las aplicaciones industriales se expandieron dramáticamente durante el siglo XX con el desarrollo de aceros inoxidables por Harry Brearley y el crecimiento subsiguiente de industrias aeroespaciales que requerían superaleaciones base níquel de alto rendimiento.
Conclusión
La naturaleza multifacética del níquel lo posiciona como elemento indispensable en tecnología moderna y sistemas biológicos. El debate continuo sobre su configuración electrónica subraya la complejidad de la química de metales de transición y la evolución constante de nuestro entendimiento mediante técnicas espectroscópicas avanzadas. Las aplicaciones industriales siguen expandiéndose hacia sistemas de almacenamiento de energía, procesos catalíticos e ingeniería de materiales avanzados, mientras sus roles biológicos en procesos enzimáticos destacan la importancia fundamental del níquel en múltiples dominios de la vida. Las direcciones futuras de investigación abarcan metodologías sostenibles de extracción, tecnologías de reciclaje para garantizar seguridad en la cadena de suministro y aplicaciones novedosas en materiales cuánticos y sistemas de energía renovable. La convergencia de propiedades magnéticas, resistencia a la corrosión y actividad catalítica asegura su significancia continuada en la resolución de desafíos tecnológicos del siglo XXI.

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