| Elemento | |
|---|---|
14SiSilicio28.085532
8 4 |
|
| Propiedades básicas | |
|---|---|
| Número atómico | 14 |
| Peso atómico | 28.08553 amu |
| Familia de elementos | Metaloides |
| Período | 3 |
| Grupo | 14 |
| Bloquear | p-block |
| año de descubrimiento | 1823 |
| Distribución de isótopos |
|---|
28Si 92.23% 29Si 4.67% 30Si 3.10% |
28Si (92.23%) 29Si (4.67%) 30Si (3.10%) |
| Propiedades físicas | |
|---|---|
| Densidad | 2.3296 g/cm3 (STP) |
H (H) 8.988E-5 Meitnerio (Mt) 28 | |
| Fusión | 1410 °C |
Helio (He) -272.2 Carbón (C) 3675 | |
| Ebullición | 2355 °C |
Helio (He) -268.9 Tungsteno (W) 5927 | |
| Propiedades químicas | |
|---|---|
| Estados de oxidación (menos común) | -4, +4 (-3, -2, -1, 0, +1, +2, +3) |
| Potencial de primera ionización | 8.151 eV |
Cesio (Cs) 3.894 Helio (He) 24.587 | |
| Afinidad electrónica | 1.390 eV |
Nobelio (No) -2.33 Cl (Cl) 3.612725 | |
| Electronegatividad | 1.9 |
Cesio (Cs) 0.79 F (F) 3.98 | |
| radio atómico | |
|---|---|
| Radio covalente | 1.16 Å |
H (H) 0.32 Francio (Fr) 2.6 | |
| Van der Waals radio | 2.1 Å |
H (H) 1.2 Francio (Fr) 3.48 | |
| Compuestos | ||
|---|---|---|
| Fórmula | Nombre | Estado de oxidación |
| SiC | Carborundo | -4 |
| SiH4 | Silano | -4 |
| SiO | Monóxido de silicio | +2 |
| SiS | Monosulfuro de silicio | +2 |
| Si2H6 | Disilano | +3 |
| Si2Cl6 | Hexaclorodisilano | +3 |
| SiO2 | Dióxido de silicio | +4 |
| Na2SiO3 | Metasilicato de sodio | +4 |
| SiCl4 | Tetracloruro de silicio | +4 |
| Si3N4 | Nitrido de silicona | +4 |
| Si(N3)4 | Tetraazida de silicio | +4 |
| SiAu4 | Aurosilano | +4 |
| Propiedades electrónicas | |
|---|---|
| Electrones por capa | 2, 8, 4 |
| Configuración electrónica | [Ne] 3s2 |
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Modelo atómico de Bohr
| |
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Diagrama de caja orbital
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| electrones de valencia | 4 |
| Estructura de puntos de Lewis |
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| Visualización orbital | |
|---|---|
|
| |
| Electrones | - |
Silicio (Si): Elemento de la Tabla Periódica
Resumen
El silicio (Si, número atómico 14) se encuentra como el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre con un 27.2% en masa y ocupa una posición central en el Grupo 14 de la tabla periódica. Este metaloide exhibe una estructura cristalina cúbica diamante y demuestra propiedades semiconductoras que definen la tecnología electrónica moderna. Con un punto de fusión de 1414°C y configuración electrónica [Ne]3s²3p², el silicio forma predominantemente enlaces covalentes a través de hibridación sp³. Las aplicaciones industriales van desde aleaciones de ferrosilicio que comprenden el 80% de la producción hasta dispositivos semiconductores que representan la base tecnológica de la Era de la Información. Su ocurrencia natural es exclusivamente en formas oxidadas como sílice (SiO₂) y minerales silicatados, con tres isótopos estables (²⁸Si, ²⁹Si, ³⁰Si) y 22 isótopos radiactivos caracterizados. La combinación única de estabilidad química, propiedades térmicas y características electrónicas establece su importancia fundamental en sectores como la metalurgia, la construcción y la tecnología avanzada.
Introducción
El silicio ocupa la posición 14 en la tabla periódica, situándose en el grupo del carbono (Grupo 14) y el tercer período con estructura electrónica [Ne]3s²3p². Esta ubicación determina la naturaleza tetravalente del silicio y sus propiedades intermedias entre metales y no metales, clasificándolo como un metaloide. Su significancia se extiende desde procesos geológicos, donde forma la base estructural de la mayoría de los minerales de la corteza, hasta aplicaciones tecnológicas que han definido la era moderna. La capacidad del elemento para formar redes covalentes extensas mediante coordinación tetraédrica permite tanto los marcos cristalinos de los minerales silicatados como las propiedades electrónicas precisamente controladas esenciales para dispositivos semiconductores. El descubrimiento por parte de Jöns Jakob Berzelius en 1823 mediante la reducción del fluorosilicato de potasio marcó el inicio de la química sistemática del silicio, conduciendo eventualmente al desarrollo de la tecnología semiconductor que caracteriza a la civilización digital contemporánea.
Propiedades Físicas y Estructura Atómica
Parámetros Atómicos Fundamentales
La estructura atómica del silicio comprende 14 protones, típicamente 14 neutrones en el isótopo más abundante ²⁸Si, y 14 electrones organizados en la configuración [Ne]3s²3p². La carga nuclear efectiva experimentada por los electrones de valencia es aproximadamente +4.29, resultado de la carga nuclear parcialmente blindada por los electrones del núcleo de neón. El radio covalente mide 117.6 pm para enlaces simples, mientras que el radio iónico teórico alcanza aproximadamente 40 pm en ambientes hexacoordinados, aunque el silicio raramente existe en estados iónicos verdaderos. Los cuatro electrones de valencia en la configuración 3s²3p² pueden someterse fácilmente a hibridación sp³, creando cuatro orbitales tetraédricos equivalentes que definen la química de coordinación del silicio. Las energías sucesivas de ionización de 786.3, 1576.5, 3228.3 y 4354.4 kJ/mol reflejan la dificultad creciente de remover electrones de iones de silicio progresivamente más cargados positivamente, con un gran salto entre la tercera y cuarta energía de ionización que indica la estabilidad de la configuración Si⁴⁺.
Características Físicas Macroscópicas
El silicio cristaliza en la estructura cúbica diamante (grupo espacial Fd3̄m, No. 227) con cada átomo de silicio coordinado tetraédricamente a otros cuatro a una distancia de 235 pm. Esta disposición crea un sólido duro y frágil con brillo metálico azul-grisáceo y densidad de 2.329 g/cm³ a temperatura ambiente. El punto de fusión de 1414°C (1687 K) y el punto de ebullición de 3265°C (3538 K) reflejan el fuerte enlace covalente a través de la red cristalina. La entalpía de fusión es de 50.2 kJ/mol, mientras que la entalpía de vaporización alcanza 384.22 kJ/mol, indicando requerimientos energéticos sustanciales para transiciones de fase. La capacidad calorífica específica mide 0.712 J/(g·K) a 25°C, demostrando la estabilidad térmica del silicio. El material exhibe propiedades semiconductoras con una banda prohibida de 1.12 eV a temperatura ambiente, permitiendo una conductividad eléctrica controlada mediante dopaje con elementos de los Grupos 13 o 15. El coeficiente de expansión térmica de 2.6 × 10⁻⁶ K⁻¹ asegura estabilidad dimensional a través de rangos moderados de temperatura.
Propiedades Químicas y Reactividad
Estructura Electrónica y Comportamiento de Enlace
El comportamiento químico del silicio deriva de sus cuatro electrones de valencia y su capacidad para expandir su esfera de coordinación más allá de cuatro mediante participación de orbitales d. Los estados de oxidación comunes incluyen -4 en siliciuros metálicos, +2 en subhaluros y +4 en la mayoría de los compuestos estables, aunque existen estados intermedios en compuestos específicos. La electronegatividad de 1.90 en la escala Pauling posiciona al silicio entre metales y no metales típicos, permitiendo la formación de enlaces covalentes polares con la mayoría de los elementos. La energía del enlace Si-Si de aproximadamente 226 kJ/mol, significativamente menor que la energía del enlace C-C de 356 kJ/mol, explica la tendencia del silicio hacia limitaciones de catenación y preferencia por enlaces con oxígeno. El silicio forma fácilmente cuatro orbitales híbridos sp³, creando geometría tetraédrica en compuestos como SiCl₄ y SiH₄. El número de coordinación puede expandirse a seis mediante participación de orbitales 3d, como se observa en complejos SiF₆²⁻, donde las longitudes de enlace Si-F disminuyen a 169 pm comparadas con 156 pm en el SiF₄ tetraédrico.
Propiedades Electroquímicas y Termodinámicas
El silicio exhibe múltiples valores de electronegatividad dependiendo del método de medición: 1.90 (Pauling), 2.03 (Allen), reflejando su carácter intermedio entre metálico y no metálico. Los potenciales estándar de reducción para especies de silicio demuestran preferencias termodinámicas: Si + 4e⁻ → Si⁴⁺ tiene E° = -0.857 V, indicando la naturaleza reductora del silicio en soluciones ácidas. La afinidad electrónica del silicio alcanza 133.6 kJ/mol, considerablemente menor que la del carbono (121.3 kJ/mol) pero suficiente para formar aniones estables en siliciuros metálicos. Las energías sucesivas de ionización revelan la estructura electrónica: los primeros cuatro electrones pueden removerse con entradas energéticas relativamente moderadas (786.3, 1576.5, 3228.3, 4354.4 kJ/mol), pero la quinta energía de ionización salta dramáticamente a 16091 kJ/mol, confirmando su carácter tetravalente. La estabilidad termodinámica de los compuestos de silicio sigue el orden: silicatos > dióxido de silicio > carburo de silicio > nitruro de silicio, con la formación de silicatos proporcionando la mayor liberación de energía por mol de silicio consumido.
Compuestos Químicos y Formación de Complejos
Compuestos Binarios y Ternarios
El silicio forma compuestos binarios extensos a través de la tabla periódica, con el dióxido de silicio (SiO₂) representando la especie más termodinámicamente estable y geológicamente significativa. La energía del enlace Si-O de 452 kJ/mol, considerablemente más fuerte que los enlaces Si-Si (226 kJ/mol), impulsa la afinidad del silicio por el oxígeno y explica la prevalencia de minerales silicatados. Los tetrahaluros de silicio (SiF₄, SiCl₄, SiBr₄, SiI₄) exhiben disminución de estabilidad térmica y aumento de susceptibilidad a hidrólisis con el incremento del tamaño del halógeno. El carburo de silicio (SiC) se forma mediante síntesis a alta temperatura, creando cerámicos extremadamente duros con enlaces covalentes a través de redes tridimensionales extendidas. El nitruro de silicio (Si₃N₄) se desarrolla mediante reacciones de nitruración controladas, produciendo materiales con propiedades mecánicas excepcionales y resistencia a la oxidación. Los siliciuros metálicos como FeSi, Mg₂Si y CaSi₂ demuestran la capacidad del silicio para formar compuestos intermetálicos con estados formales negativos.
Química de Coordinación y Compuestos Organometálicos
La química de coordinación del silicio se extiende más allá de la geometría tetraédrica típica mediante hipervalencia, particularmente con ligandos fluorados formando aniones de hexafluorosilicato (SiF₆²⁻) con geometría octaédrica y longitudes de enlace Si-F de 169 pm. La química organosilícica abarca silanos (SiH₄, Si₂H₆, análogos superiores), siloxanos (redes Si-O-Si) y sililaminas (sistemas enlazados Si-N). A diferencia de los análogos del carbono, los enlaces silicio-hidrógeno son más reactivos hacia ataque nucleofílico, y las cadenas de silicio raramente exceden los seis átomos debido a la menor fuerza del enlace Si-Si. Los grupos silanol (Si-OH) experimentan fácilmente reacciones de condensación, formando uniones siloxano que constituyen la base de los polímeros de silicona. La capacidad de formar puentes estables Si-O-Si con ángulos de enlace que varían de 140° a 180° permite una notable diversidad estructural en polímeros sintéticos y minerales silicatados naturales. Los complejos de coordinación con donantes de nitrógeno, azufre y fósforo generalmente son menos estables que los análogos con oxígeno, aunque ligandos especializados pueden estabilizar geometrías y estados de oxidación inusuales.
Ocurrencia Natural y Análisis Isotópico
Distribución y Abundancia Geoquímica
La abundancia del silicio en la corteza terrestre de 272,000 ppm (27.2% en masa) lo establece como el segundo elemento más abundante después del oxígeno (455,000 ppm). Esta abundancia refleja su carácter litófilo y fuerte afinidad por el oxígeno, resultando en su incorporación a prácticamente todos los minerales formadores de rocas ígneas. Las rocas félsicas como el granito contienen 320,000-350,000 ppm de silicio, mientras que las máficas como el basalto contienen 200,000-250,000 ppm, demostrando el papel fundamental del silicio en ambientes geológicos diversos. Los minerales silicatados constituyen más del 90% del volumen de la corteza terrestre, incluyendo silicatos de armazón (cuarzo, feldespatos), silicatos en cadena (pironenos, anfíboles), silicatos en láminas (micas, arcillas) y silicatos tetraédricos aislados (olivino, granates). Los procesos de meteorización generan concentraciones de sílice disuelta de 1-30 ppm en aguas naturales, permitiendo su utilización biológica por diatomeas y otros organismos que construyen esqueletos silíceos. Los procesos hidrotermales pueden concentrar la sílice disuelta hasta niveles de saturación de 100-200 ppm a temperaturas elevadas, conduciendo a la precipitación de cuarzo y otros polimorfos de sílice.
Propiedades Nucleares y Composición Isotópica
El silicio posee tres isótopos estables con abundancias naturales: ²⁸Si (92.223%), ²⁹Si (4.685%) y ³⁰Si (3.092%). Estos isótopos exhiben fraccionamiento mínimo dependiente de masa en la mayoría de los procesos naturales, aunque sistemas biológicos y procesos geoquímicos de alta temperatura pueden producir variaciones medibles. El isótopo ²⁹Si sirve como una sonda importante de resonancia magnética nuclear con spin nuclear I = 1/2 y momento magnético μ = -0.555 magnetones nucleares, permitiendo la determinación estructural de materiales silicatados. Veintidós isótopos radiactivos han sido caracterizados, desde ²²Si hasta ³⁶Si, con ³²Si representando el isótopo radiactivo más estable con una vida media de aproximadamente 150 años. La mayoría de los isótopos radiactivos del silicio experimentan decaimiento beta, con ³¹Si (t₁/₂ = 2.62 horas) encontrando aplicaciones en estudios de trazadores biológicos. Las secciones eficaces de absorción de neutrones son relativamente bajas para los isótopos estables del silicio: ²⁸Si (0.177 barnas), ²⁹Si (0.101 barnas), ³⁰Si (0.107 barnas), contribuyendo a la utilidad del silicio en aplicaciones nucleares donde se requiere mínima captura de neutrones.
Producción Industrial y Aplicaciones Tecnológicas
Metodologías de Extracción y Purificación
La producción industrial de silicio involucra la reducción carbotérmica de sílice en hornos de arco eléctrico a temperaturas superiores a 2000°C, consumiendo aproximadamente 13-15 MWh por tonelada métrica de silicio producida. La secuencia de reacciones primarias comienza con SiO₂ + C → SiO + CO, seguida por SiO + C → Si + CO, con la formación intermedia de SiC complicando el mecanismo. El silicio de grado metalúrgico (MGS) con pureza de 98-99% sirve para la mayoría de las aplicaciones, mientras que el silicio de grado electrónico requiere una purificación extraordinaria a través del proceso Siemens. Esta ruta de purificación convierte el MGS a triclorosilano (SiHCl₃) mediante reacción con cloruro de hidrógeno a 300°C, seguido por destilación fraccionada para remover impurezas por debajo de niveles de partes por billón. La deposición de vapor químico del SiHCl₃ purificado sobre varillas de silicio semilla calentadas a 1100°C produce silicio policristalino con niveles de impureza por debajo de 1 ppb. El crecimiento de monocristales mediante los métodos Czochralski o de zona flotante crea el silicio monocristalino ultra puro requerido para aplicaciones avanzadas en semiconductores. La producción global de silicio alcanza aproximadamente 7 millones de toneladas anuales, con China produciendo dos tercios de la salida principalmente para aplicaciones metalúrgicas.
Aplicaciones Tecnológicas y Perspectivas Futuras
La significancia tecnológica del silicio abarca múltiples industrias, con aleaciones de ferrosilicio consumiendo el 80% de la producción para desoxidación y aleación del acero. Estas aplicaciones metalúrgicas explotan la fuerte afinidad del silicio por el oxígeno para remover oxígeno disuelto del acero fundido, mientras adiciones de silicio hasta 4% mejoran las propiedades magnéticas del acero para núcleos de transformadores. Las aplicaciones en semiconductores, aunque representando menos del 15% de la producción por masa, generan el mayor valor económico a través de circuitos integrados, dispositivos discretos y celdas fotovoltaicas. Los microprocesadores modernos contienen miles de millones de transistores fabricados a partir de obleas de silicio con tamaños de característica por debajo de 10 nanómetros, requiriendo pureza de materiales y precisión de procesamiento sin precedentes. Las aplicaciones fotovoltaicas consumen cantidades crecientes de silicio policristalino y monocristalino, con eficiencias de conversión superiores al 26% en dispositivos de laboratorio y 20% en módulos comerciales. Aplicaciones emergentes incluyen dispositivos de computación cuántica basados en silicio, ánodos avanzados para baterías utilizando la alta capacidad de almacenamiento de litio del silicio y fotonica de silicio para comunicaciones ópticas. La industria de la construcción utiliza silicio en producción de cemento, fabricación de vidrio y selladores de silicona, mientras aplicaciones especializadas incluyen abrasivos (carburo de silicio), cerámicos (nitruro de silicio) y componentes ópticos explotando la transparencia del silicio en el infrarrojo.
Desarrollo Histórico y Descubrimiento
El descubrimiento del silicio resultó de investigaciones sistemáticas sobre la composición de la sílice, que Antoine Lavoisier sospechó contenía un elemento desconocido en 1787 basado en su resistencia a la descomposición. La sugerencia de Thomas Thomson en 1817 de que la sílice se asemejaba a la alúmina en contener un elemento metálico proporcionó la base teórica para intentos de aislamiento. Jöns Jakob Berzelius logró la primera preparación de silicio elemental en 1823 mediante la reducción del fluorosilicato de potasio con potasio metálico, aunque el producto contenía impurezas significativas. Investigadores tempranos como Gay-Lussac y Thénard intentaron reducir la sílice con potasio pero produjeron solo materiales impuros. El nombre "silicio" deriva del latín "silex, silicis" que significa pedernal, con el sufijo "-on" sugiriendo carácter no metálico similar al boro y al carbono. Las mejoras de Henri Sainte-Claire Deville en 1854 en métodos de purificación permitieron la determinación sistemática de propiedades, mientras investigaciones extensas de Friedrich Wöhler establecieron la posición del silicio como un elemento único distinto del carbono a pesar de sus similitudes químicas. Las propiedades semiconductoras del silicio permanecieron en gran medida sin explotar hasta el desarrollo del transistor por Bell Laboratories en 1947, conduciendo a la revolución tecnológica de Silicon Valley. Las técnicas modernas de producción de silicio ultra puro desarrolladas por compañías como Siemens posibilitaron la industria de circuitos integrados que define la tecnología digital contemporánea.
Conclusión
La combinación única del silicio de estabilidad química, propiedades semiconductoras y abundancia en la corteza terrestre establece su importancia fundamental a través de dominios científicos y tecnológicos diversos. La preferencia del elemento por coordinación tetraédrica y su fuerte afinidad por el oxígeno crean la base estructural para los sistemas minerales dominantes de la Tierra, mientras modificación controlada de sus propiedades electrónicas permite dispositivos sofisticados que caracterizan a la civilización moderna. El avance continuo en purificación del silicio, crecimiento de cristales y técnicas de procesamiento promete una expansión adicional de aplicaciones en energía renovable, computación cuántica y ciencia de materiales avanzados. Direcciones futuras de investigación incluyen desarrollo de dispositivos cuánticos basados en silicio, mejoras en eficiencia fotovoltaica mediante estrategias avanzadas de dopaje y nuevos alótropos de silicio con propiedades mecánicas o electrónicas mejoradas.

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